Creo que se preguntarán por qué en la edición anterior la columna se llamaba “Primero que pase por mi organismo” bueno la respuesta la sabrán algún día que compartamos historias y tenga el placer de cocinarles algo. Yendo a lo nuestro, el dato que les tengo para este mes es también una elaboración navideña muy sencilla lo que no significa que sea poco entretenida para el que la deguste. Yo llamaría a esta elaboración, “Casitas de pitufos rellenas”.
Necesitas un par de bandejas de champiñones, una pechuga de pollo, mayonesa, nueces, un poco de mantequilla y nada más.
Primero coloca en una olla a cocer la pieza de pollo, adhiérele sal a gusto, luego cuando esté lista desmenúzala, agrégale mayonesa mezclada con nueces picadas y resérvala (déjala en reposo un momento).
Segundo, lava los champiñones y sácales con la mano el tallito, esto es muy sencillo pues al tirarlo hacia un costado éste se desprende fácilmente.
Tercero rellena los champiñones con la pasta de pollo y pónlos en la bandeja del horno previamente enmantequillada, introduce la bandeja en el horno precalentado a una temperatura de más o menos 180 grados. Como la mayoría de los hornos de las casas no tienen graduación de calor, valga el dato: Si al abrir la tapa del horno éste te sorprende con un golpe de calor, estamos hablando de más de 200 grados en cambio un horno con unos 150 a 180 grados, tú lo abres y sentirás un calor soportable, el cual no deja de ser sensible, OK?. Deja tus champiñones por no más de siete minutos y sácalos. Llévalos a una fuente, clávales un mondadientes y ya están listos para que tus invitados empiecen a disfrutarlos y a preguntarte ¿qué son?...
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